Presentaba un notable oscurecimiento del barniz y numerosas pérdidas de preparación, película pictórica, e incluso, de soporte. La policromía tenía un acusado craquelado, siendo necesaria su fijación para asentarla y evitar su progresivo desprendimiento.
La cruz se encontraba cubierta por un repinte, el cuál enmascaraba el dorado de las llagas.
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